● No idealizar la relación: todas las relaciones tienen sus altos y bajos, creer que la relación será siempre color de rosas nos impide seguir creciendo y puede llevarnos a forzar algo que puede no estar haciéndonos bien.
● Resolver los desacuerdos y diferencias: las relaciones no se construyen solas, debemos poner de nuestra parte, debemos cuidarla, y parte de esto es conversar los desacuerdos o conflictos que puedan aparecer en el día a día. ¡Pero también recuerda! que habrá puntos en los que no logren estar de acuerdo, el reto acá es estarlo en los asuntos importantes para ambas partes.
● Nutrirla: pasar tiempo juntas/os de calidad es esencial en toda relación sana. Busca formas de compartir, ya sea realizando una actividad al aire libre, conversando, comiendo o viendo una película. Busca formas de compartir no “todo lo que puedas” sino “lo mejor que puedas”.
● Aprender a convivir con las diferencias: no somos todas iguales, y nuestras diferencias hacen que la relación sea única. A pesar de que estas discrepancias nos generen algunos disgustos o discusiones, es muy beneficioso aprender a conocer los puntos de vista de la otra persona, escucharla y amarla por como es, no por como nos gustaría que fuera.
● Por último, sé honesta y respeta: sin honestidad y respeto una relación no se puede mantener. La falta de honestidad puede romper incluso las relaciones que se creían más fuertes, porque una vez que se rompe la confianza es difícil restablecerla. El respeto por su lado nos enseña a tratar a la otra persona como igual, ni por encima ni por debajo nuestro.
Todas sabemos que las relaciones son necesarias y parte de nuestro bienestar integral, pero eso no significa que debamos mantener relaciones sólo porque sí. Es importante ser capaces de ver las señales de alerta para detectar aquellas relaciones tóxicas que nos causan daño y malestar. Algunas de ellas son:
● Dominio o control excesivo: la persona intenta controlar lo que haces, con quien sales, lo que vistes, tus gastos, tus RRSS e incluso planifica por ti y te impone lo que ha planificado.
● Desvalorizaciones: tales como “no vales nada”, “no sirves”, “no eres buena para nada”. Constantemente te recuerda que no serías nada sin él/ella.
● Desconfianza: aun cuando no haya motivos claros y reales para desconfiar. La desconfianza se puede mostrar como celos constantes, control de horarios, control de salidas con amigas/os e incluso con tu familia.
● Faltas de respeto y descontrol que lleven a agresiones verbales y/o físicas y cuestionamiento en público y/o en privado.
Recuerda que las relaciones tóxicas no son necesariamente siempre de pareja; también pueden ser de amistad, escolares, de trabajo o de familia, pero a la base siempre está la desigualdad en el trato y la sensación de hacernos sentir desvalorizadas, maltratadas, acosadas, manipuladas. Si te sientes así tal vez ya es momento de cortar por lo sano.
Ángela Vera Quezada
Psicóloga
Equipo Inspiring Girls Chile